Muchas veces escuchamos sobre los riesgos de nuestro entorno pero casi siempre pensamos que para que algo suceda deberíamos estar en zonas consideradas "no seguras".
Justamente ayer 3 de noviembre pudeo comprobar lo contrario pues en un segund pasé de la seguridad de mi trabajo a una situación de riesgo extremo al ser sorprendidos por hombres armados que en segundos nos atracaron despojándonos de varios objetos y emprendiendo al huída.
Una experiencia "bizarra". Afortunadamente sin consecuencias para lamentar.
Y definitivamente, nuestro entorno nos da falsas sensaciones de seguridad que hacen que "bajemos la guardia", y cuando la realidad nos ataca nos da su mejor golpe en el momento menos esperado... un K.O.